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Mauricio Macri: «De las mafias al progreso real»

El mandatario publicó en sus redes sociales un texto en el que critica el estado de los puertos al inicio de su gestión.


El presidente Mauricio Macri publicó en sus redes sociales un texto en el que critica la gestión de gobiernos anteriores, al hacer referencia a los aranceles que se cobraban en los puertos, a los que denomina «otra viveza criolla».

En el relato el mandatario asegura: «Eliminamos el arancel de Transporte Argentino Protegido, bajamos un 66% los costos de barrido y limpieza, y eliminamos la viveza criolla de cobrar 15 dólares por mirar un precinto».

Y si bien reconoce que «estos cambios quedan lejos de la vida cotidiana de la mayoría», detalla: «Es en estas cosas donde se construye el progreso real de un país y el progreso real es la clave de la prosperidad de todos los argentinos». Y concluye: «Terminando con las mafias una por una, estamos yendo hacia ese progreso que nos esperó por tantos años».

A continuación, el texto completo:

DE LAS MAFIAS AL PROGRESO REAL
El otro día fui a recorrer la nueva terminal portuaria de Campana. Tal vez no te interesen los puertos, pero te va a interesar esta historia.

Cuando llegamos al gobierno los puertos estaban llenos de “dueños” que habían inventado aranceles para cobrarles extras a exportadores e importadores. Había cosas increíbles. Por ejemplo un seguro que no existe en ninguna parte del mundo que llamaron de «Transporte Argentino Protegido» que significaba un sobrecosto anual para los usuarios de los puertos de 1500 millones de dólares. Otra “viveza criolla” que habían inventado era facturarles a las empresas 82 dólares de barrido y limpieza por lavar los contenedores. Y además había actividades insólitas como la verificación de los precintos de los contenedores, por la que cobraban 15 dólares por carga (sí, 15 dólares para mirar si el contenedor tenía un precinto). Todo eso hacía que nuestros puertos perdieran competitividad y que los barcos que podían se llevaran sus cargas a otros puertos en Paraguay, Uruguay o Brasil.

Qué hicimos (y no fue nada fácil): eliminamos el arancel de Transporte Argentino Protegido –acuérdense, 1500 millones de dólares al año–, bajamos un 66% los costos de barrido y limpieza, y eliminamos la viveza criolla de cobrar 15 dólares por mirar un precinto. Logramos que por primera vez exportar un contenedor desde el puerto de Buenos Aires fuera más barato que hacerlo desde el puerto de Santos, en Brasil. Sacamos las mafias, micromafias y avivados y las cosas se destrabaron, se activaron, empezaron a funcionar. Todo eso significa generación de nuevos empleos, no solo en los puertos, sino en la larga cadena de producción de bienes y servicios que implica tener puertos competitivos.

Yo sé que estos cambios –aunque muy profundos– quedan lejos de la vida cotidiana de la mayoría de nosotros. Pero es en estas cosas donde se construye el progreso real de un país y el progreso real es la clave de la prosperidad de todos los argentinos.

Porque el futuro no es algo que viene hacia nosotros ya hecho. El futuro es ese lugar que estamos armando ahora entre todos. Ese país que nos dejaron, sin puertos, sin trenes, sin infraestructura, sin seguridad jurídica, sin energía, sin comunicación, no tenía futuro.

Terminando con las mafias una por una -la de los puertos y también la de los narcos-, desarrollando energía, armando la infraestructura postergada por 80 años, creando las condiciones y uniendo las piezas, en libertad, estamos yendo hacia ese progreso que nos esperó por tantos años.