Por cada $100 que se gastan en frutas, verduras, pan y carne, $38 corresponden a impuestos. En el caso de productos como galletitas, mermeladas y chocolate, entre otros, los tributos representan $44. Los impuestos que más inciden son el IVA, los aportes a la Seguridad Social e Ingresos Brutos.
El presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimentarios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, fue consultado sobre los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno nacional. Ante esa pregunta, el empresario relativizó el posible éxito de la medida e indicó que “nosotros hemos venido diciendo claramente y, desde hace años, que había que lograr política fiscal congruente. Ustedes tienen que pensar que un alimento tiene 40% de impuestos entre, Nación, provincia y municipio”.
Funes de Rioja se basó en un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que considera dos tipos de alimentos: los que tributan una alícuota reducida del IVA, de 10,5%, como frutas, verduras, pan y carne; y los que tienen el porcentaje general de 21%, como las galletas, mermeladas, chocolate y las latas de arvejas, entre otros.
Para los primeros productos, el IARAF señala que “el costo impositivo incluido en el precio al consumidor final de estos productos se ubica en el 38,4%”, mientras que para los productos que pagan el IVA general, el costo impositivo llega al 44 por ciento.
Es decir que cada $100 que se gastan en alimentos, entre $38 y $44 corresponden a impuestos, dependiendo del producto.
Otro informe más reciente del mismo centro de estudios cordobés muestra porcentajes ligeramente más bajos (38,1% y 43,3%) e indica que “los tributos que más inciden en el precio son el IVA, la Seguridad Social y el impuesto provincial a los ingresos brutos”.
“Comparando con la situación de 2015, se observa una ligera reducción atribuible a bajas en los impuestos nacionales (eliminación de la sobretasa a la distribución de utilidades y los cambios en cheque y ganancias) en parte compensada por subas en impuestos provinciales y municipales a la actividad económica”, precisa el estudio.
Nadin Argañaraz, director del instituto y autor del informe, indicó que este 40% de impuestos a los alimentos “es una carga alta” y explicó que el costo impositivo de los alimentos comenzó a aumentar en los últimos años, “con los aumentos de ingresos brutos, provinciales y municipales, impuestos de seguridad e higiene de los municipios, y el impuesto al cheque, que es nacional”.
