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Aquí o en la justicia, los espero

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La arremetida de esta última semana por parte del Gobernador de San Juan José Luis Gioja, contra periodistas mendocinos y sanjuaninos “que incurren” en la publicación “maliciosa” de un informe elaborado por la Universidad Nacional de Cuyo,  sumadas a las declaraciones del empresario minero Alejandro Donna,  que anunció que un grupo de abogados trabaja para denunciar penalmente a quienes “sigan injuriando la actividad”, no tiene precedentes en la historia del periodismo sanjuanino, al menos que yo recuerde.

Estas afirmaciones, constituyen una persecución ideológica a quienes tenemos un concepto distinto de la actividad minera en San Juan, cabe mencionar, como lo hizo el Vicerector de la UNC en la nota enviada al Gobernador, en respuesta a la carta notarial enviada por parte del Gobierno de San Juan pidiendo explicaciones de dicha publicación en un portal periodístico de esa Universidad, cuya dicha misiva agrega Sic: “El desarrollo de esta actividad periodística encuentra marco legal a partir de la Constitución Nacional (art. 14 y tratados internacionales en la materia, reconocidos en el art. 75 inc. 22 como la Convención Americana sobre Derechos Humanos) y en las normas dictadas en su consecuencia que amparan ampliamente la libertad de expresión.” Esa mención,  haciendo referencia a la libertad de expresión garantizada por la Constitución Nacional y diversos tratados internacionales, constituyen un párrafo digno para analizar, inclusive, en la carrera de Periodismo de la UNSJ. No es un tema menor, que en representación de esa casa de altos estudios mendocina, le refrieguen a Gioja que coartar la libertad de expresión, como lo ha hecho durante estos 12 años en San Juan, excede lo jurisdiccional de su provincia.

Lo sorprendente, del supuesto “enfurecimiento” del Gobernador por dicha publicación, es que inclusive el título hace referencia y nombra a la mismísima empresa: EL DERRAME DE LA BARRICK ENVENENÓ EL AGUA DE JÁCHAL  y hasta el momento,  la propia empresa parece no acusar recibo y sigue trabajando como si nada pasara, es el propio Gobernador sanjuanino, los empresarios mineros, los que actúan como voceros de la empresa y anuncian la persecución y castigo al periodismo.

En ese marco, y teniendo en cuenta que el Gobierno de San Juan, empresarios mineros y del sector anunciaron que perseguirán a medios y periodistas que difundan dicho informe, es que redoblamos la apuesta y los desafiamos, que vengan por nosotros, que vengan por mí.

Por Juan Manuel Orrego Maluf

DNI: 28243212

DOMICILIO LEGAL:  W. KENNY 222 (SUR) RIVADAVIA C.P. 5407

DESDE TITULARES YA REPRODUCIMOS EL INFORME Y ESPERAMOS LAS ACCIONES JUDICIALES CORRESPONDIENTES: 

EL DERRAME DE LA BARRICK ENVENENÓ EL AGUA DE JÁCHAL

Edición Uncuyo | Sociedad

03 OCT 2015, 20:24. Por: Jorge Fernández Rojas.

La municipalidad del departamento sanjuanino solicitó, a pedido de los vecinos, un estudio técnico sobre el agua de los ríos de la zona. Así se detectó contaminación con metales en dosis de hasta 1400 % por encima de los valores

Además, ahora también se conoce por un estudio microbiológico que hay bacterias muy nocivas y difundidas, como la escherichia coli, donde se originan los cauces de agua montañosos.

Ya pasaron 20 días desde que se desató el escándalo por el derrame de agua con cianuro originada por una válvula rota de una cañería del sistema industrial instalado por la minera Barrick Gold en plena cordillera sanjuanina.

Sin título

Aquel WhatsApp que espabiló a Jáchal

Fue en la noche del domingo 13 de septiembre a través de una cadena de WhatsApp que denunciaba un peligroso vertido de unos 15 mil litros de agua cianurada en los afluentes del río Jáchal. Aquella noche fue impasible. El intendente de Jáchal, Jorge Barifusa (FPV), convocó a Saúl Zeballos, un contador público y vecino reconocido de la ciudad de San José de Jáchal, la ciudad cabecera del departamento sanjuanino, para que integrara el comité de crisis. Zeballos fue designado para hacer el contacto con los técnicos de la UNCUYO para encarar el monitoreo.

Con el correr de los días se vislumbró que aquel mensaje viralizado por la red social, que inquietó a los jachalleros, se quedó corto. La misma Barrick Gold, la empresa de capitales canadienses que explota la mina, admitió primero que fueron 224 mil litros los que se “escaparon” por los cauces naturales. Finalmente se confirmó que fueron un millón de litros los derramados.

Luego comenzó una andanada de informes de organismos oficiales que afirmaron la ausencia de cianuro en el agua del río Jáchal, el principal cauce que recolecta el agua de deshielo de la región donde se encuentra la mina metalífera, “aguas arriba”.

La minera y el Gobierno promueven –y cuando no, sponsorean– varias publicaciones, con mucha penetración en la comunidad, donde se esgrimen estudios que desmienten cualquier tipo de contaminación repitiendo que “no hay cianuro en el agua”.

La historia del informe de la UNCUYO

Una crónica del sitio lavaca.org del viernes 2 de octubre, luego replicada por el sitio local Explícito, aseguraba que los vecinos y asambleístas del departamento de Jáchal contaban con un informe de la UNCUYO que confirma la existencia de metales en el agua de los afluentes del río Jáchal. Efectivamente, el estudio fue realizado por el Laboratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO y la responsable del peritaje es la química María Esther Barbeito. El trabajo se realizó por encargo de la Municipalidad de Jáchal y las muestras fueron tomadas, de acuerdo con el relato, desde la localidad sanjuanina al otro día de conocido el siniestro. Esa tarea fue fundamental para los análisis.

Ya había un antecedente con el laboratorio de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO en el año 2010, cuando se hicieron los primeros controles pedidos por los vecinos jachalleros. Ahora, ante la emergencia, Zeballos volvió a convocar a los expertos para un nuevo peritaje.

“Acompañé a la delegación de la Universidad para tomar las muestras y lo hicimos en los mismos puntos de hace unos años, para comparar aquellos valores con estos actuales. Cuando llegamos a la zona de la primera muestra, en el río La Palca, antes de que se una con el río Blanco, nos dimos cuenta de que algo grave había pasado porque había gente de la mina tomando muestras del agua. Finalmente, con el análisis, comprobamos que estaba contaminada”, dijo Zeballos a Unidiversidad este sábado 3 de octubre.

También se tomaron muestras de agua en el curso de los ríos Potrerillos, Las Taguas, Blanco y el mismo Jáchal, a la altura del puente de Angualasto, y finalmente en los diques Cuesta del Viento y Pachimoco. Zeballos apuntó que, en la medida en que siguieron el curso del líquido, los resultados de los estudios denotaron que la aparición de metales en agua fue bajando hasta llegar a las represas, donde casi no se detectaron altos tenores de elementos o compuestos riesgosos.

Los metales verificados por el informe fueron en especial manganeso y aluminio. Estos metales se encontraron con valores muy elevados con repecto a lo permitido por ley nacional para el uso de riego y consumo animal, dato no menor si se tiene en cuenta que en la región hay importante desarrollo agrícola y se crían animales de granja.

Los metales en el agua

Se nota que hay gran desinformación o información parcial, que genera incertidumbre en la población. En este tironeo, se evidencia que el Gobierno de San Juan no suministra información oficial a los afectados y puntualiza que “no hay cianuro en el agua”. Con esa definición dice una verdad a medias. Veamos: decir “no hay cianuro” es lo mismo que decir: “no hay cianuro libre en el agua”. Eso significa que esa sustancia no se verifica en dilución con el agua, pero lo que no se dice es que ese cianuro se utiliza precisamente para reaccionar con los metales buscados por la Barrick –en este caso– para luego separarlos por procedimientos industriales complejos.

Los datos alarmantes del análisis

Se detectaron 1,48 miligramos por litro (mg/l) de manganeso, cuando el promedio histórico en ese punto del río La Palca es de 0,25 mg/l de agua. De acuerdo con los datos puntualizados por el vocero sanjuanino, el valor máximo tolerado por la ley nacional para riego y consumo animal es de 0,2 mg/l de manganeso.

En tanto, en el caso del aluminio, se verificaron 70 mg/l y se habían medido a esa altura del río de 3 a 4 mg/l. El valor máximo tolerado según el informante por norma nacional de residuos peligrosos destinada para riego y consumo animal es de 5 miligramos por litro. Este último dato fue determinante para los asambleístas para continuar con la resistencia vecinal cuando el miércoles 30 de septiembre recibieron el informe de la UNCUYO. Además, siempre de acuerdo con el detalle que proporcionó Zeballos, se detectaron otros trazos metalíferos como mercurio, cobre y zinc.

Un párrafo aparte merece la evaluación que se hizo de las muestras que se tomaron de una fuente de agua para consumo humano en el pueblo Mogna, ubicado a 50 kilómetros de San José de Jáchal, en el camino hacia la ciudad de San Juan. Allí se encontraron metales en el agua que hacen que ese líquido ya no sea apto para el consumo de los habitantes del lugar.

Estas fueron las determinaciones químicas. boro: 6 mg/l (límite máximo aceptado: 0,5 mg/l); cloruros: 740 mg/l (límite máximo aceptado: 400 mg/l); sulfatos: 540 mg/l (límite máximo aceptado: 350 mg/l) y arsénico: 0,069 mg/l (límite máximo aceptado: 0,010 mg/l).

Lo que pasa en Mogna puede transformase en un caso testigo como una consecuencia histórica de la acumulación contaminante de la actividad minera a gran escala, como la que se produce en Veladero.

Apunta Domingo Jofré, referente vecinal y periodista de Radio Nacional en Jáchal, que en 2007 se dispuso de la provisión de agua potable a través de un acueducto para no tomar agua del río principal de la región. En ese momento se detectó, a dos años del inicio de la explotación minera, contenido de arsénico tanto como ahora se verifica en el agua de Mogna.

Otro dato preocupante es la aparición de la bacteria Escherichia coli, que se detecta en efluentes cloacales, lo que hace presumir que también se está vertiendo este tipo de líquidos en la zona más alta de los ríos.

La contaminación del clima social

La historia del informe de la UNCUYO que contradice a todos los publicados continuará como prueba de los vecinos ante la Justicia, donde se estudia el desastre ambiental que parece querer disimularse desde los estamentos privados y públicos.

Mientras tanto, Jofré, desde Jáchal, espera novedades y acciones desde fuera de la Provincia ante el clima social, que también parece contaminado.